TEMPERATURA CORPORAL
La temperatura normal y constante del cuerpo humano oscila entre los 36 y los 37 °C, con independencia de la temperatura exterior, porque es la apropiada para que funcionen de modo correcto todos los complicados sistemas orgánicos que gobiernan las reacciones químicas, así como también los procesos metabólicos que tienen lugar en su interior. Cuando la temperatura corporal se eleva por encima de la normal, se produce una hipertermia o fiebre; cuando se sitúa por debajo, provoca una hipotermia.
En ambos casos, si la situación no remite por sí misma, es indispensable tomar medidas drásticas para que el cuerpo retorne a su temperatura normal, ya que, de lo contrario, el proceso metabólico se descompensaría y podría causar graves trastornos que podrían llegar a ser mortales. En un adulto sano se presentan raras veces cuadros de hipertermia o hipotermia, salvo que haya estado expuesto a condiciones climáticas extremas. Sin embargo, cuando se trata de lactantes o de ancianos, se presentan con una relativa frecuencia, en especial la hipotermia en estos últimos, por lo que es necesario tener en cuenta los cambios térmicos a los que puedan enfrentarse y controlarlos.
CONTROL NATURAL
Se establece así que, cuando sube o baja la temperatura interna del cuerpo, los mecanismos naturales se activan para recuperar la temperatura normal. En el caso de subir, se produce una dilatación de los vasos sanguíneos para que la sangre fluya más por la superficie corporal, donde puede ser enfriada por el aire y donde el exceso de calor puede perderse mediante la radiación. Cuando baja, la reacción es inversa, y los vasos sanguíneos se contraen para impedir la radiación térmica, con la consiguiente pérdida de calor corporal hacia el exterior.
MANIFESTACIONES
Es conveniente aclarar que en el fenómeno que se conoce por «piel o carne de gallina» sólo intervienen las fibras musculares de la piel, por lo que es una manifestación mucho más superficial que el escalofrío en sí, que abarca una mayor actividad de sistemas y reacciones corporales.
Los escalofríos que no responden a una baja temperatura se consideran anormales y, en general, obedecen a estados febriles, como los que suelen registrarse en ciertas enfermedades como la amigdalitis, la gripe y la neumonía. La razón de que se produzcan en estos estados es la misma que para los considerados normales, dado que, al estar el cuerpo muy caliente, el aire que lo rodea, aunque no sea frío, tendrá una temperatura más baja que la del cuerpo, por lo que éste reaccionará provocando los escalofríos.
TEMBLORES
Si se presentan temblores más violentos que los producidos por los escalofríos, se denominan ataques o convulsiones, y son característicos de la epilepsia, aunque puede ser dificil diferenciarlos cuando se trata de una crisis epiléptica suave. Ante un caso semejante debe comprobarse si la temperatura es lo bastante baja como para atribuir los temblores al frío; de no serlo, podrá suponerse que se trata de una convulsión epiléptica menor.
Escalofríos: Son agitaciones incontrolables de cuerpo, cuya función es la de mantener la temperatura corporal dentro de sus límites.
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