jueves, 23 de septiembre de 2010

QUE SON LAS COSQUILLAS Y POR QUE SE PRODUCEN?

¿Por qué se producen las cosquillas?

Pregunta realizada por Jose Luis, de España.

El roce de un dedo o alguna pluma o tela producen en nuestra piel una reacción nerviosa que es llamada cosquillas. A veces la cosquilla produce risa, puede ser placentera al comienzo pero luego puede tornarse molesto, razón por la que fueron usadas como tortura en la antigua Roma, en China y en la Europa Medieval.

El origen de las cosquillas es tema de controversia entre los científicos, puede deberse a una necesidad adaptativa que evolucionó en los primates al grado de tener un tipo de cosquilla diferente a la que tienen otros animales. En el caso de los grandes primates (humanos incluidos) las cosquillas servirían para afianzar los vínculos sociales y familiares. También podría tener una función sensual en el coqueteo previo al acto sexual.

Estudios estadísticos determinaron que las axilas suelen ser la parte más sensible a las cosquillas, seguidas por la cintura, las costillas, los pues y las rodillas.
Otros estudios indicaron que la risa producida por las cosquillas, no es igual, ni refleja el mismo estado mental que la risa producida por la comedia y el humor. 

5 comentarios:

Bandrui dijo...
Una curiosidad, los perros sólo tienen cosquillas en un sitio: en la planta de los pies (esa almohadilla). Obviamente no se rien, pero tampoco parecen disfrutar en absoluto. Mi perro desde el primer momento retira la patita, una y otra vez, hasta que se cansa y empieza a gruñir xD ¿De qué le serviría entonces? Quizás sea para advertir lo delicadas que son ciertas partes cuando estan expuestas. saludos!

Cosquillas

Las cosquillas son reacciones nerviosas que tenemos en diversas partes de nuestro cuerpo ante toques de una persona u objeto exterior a este. Estas producen risa y pueden ser placenteras en un principio pero molestas después de un largo período.
Pueden ser utilizadas como manera de coqueteo, como fetiche (llamado knismolagnia), o como tortura. En el caso de los animales se utiliza muchas veces para jugar con las crías y para crear vínculos más cercanos entre la familia.
Se suelen utilizar como forma de coqueteo en la etapa adolescente.
En algunas personas puede ser un fetiche, que puede tener diferentes variaciones. Las cosquillas estimulan el deseo sexual y en algunas personas este estímulo es más agudo que en otras.
La psicóloga Christine Harris, de la Universidad de California, determinó [cita requerida] experimentalmente que las axilas son las partes del cuerpo más sensibles a las cosquillas, seguidas por la cintura, el cuello, las costillas, los pies y las rodillas, en orden decreciente. A su vez, en una investigación Harris y Christenfeld resolvieron que la risa por cosquillas no refleja el mismo estado mental que la risa producida por la comedia y el humor.
Se han estudiado varios posibles orígenes a las cosquillas, no necesariamente excluyentes y que puede ser mejor considerarlos como complementarios; las cosquillas no son un comportamiento exclusivo del hombre, se presentan en diversos animales y son bastante comunes en los mamíferos, de lo cual cabría esperar que su origen es anterior al del hombre, y las peculiaridades en el mismo no se deberían al origen del mecanismo, sino a adaptaciones posteriores. Se puede dividir a las cosquillas en débiles y fuertes, las últimas de momento solo observados en los primates. El origen de las cosquillas puede deberse a su operación como un mecanismo que afianza los vínculos familiares, sociales, y su función como un estímulo sexual, aunque esta última función se ha relegado en los tiempos contemporáneos a un papel más discreto de una connotación sensual y no directamente sexual.

Últimamente las personas se han aprovechado de esta sensación del cuerpo y han hecho compañías[cita requerida] y videos que se dedican a conseguir hombres y mujeres jóvenes y pagarles mucho dinero para grabarlos mientras les hacen cosquillas en todo su cuerpo, las leyes no toman esto como pedofilia[cita requerida] puesto que ellos acceden a ser cosquilleados.
Las cosquillas también pueden estrechar la relación padre - hijo,[cita requerida] puesto que los niños son los que más les gustan las cosquillas.
Algunos estudios han mostrado que no es posible autoinducirse las cosquillas debido a un mecanismo cerebral que anticipa nuestros propios movimientos bloqueando así la sensación de cosquillas. Sin embargo, si es posible la autoinducción con la ayuda de un robot a control remoto que se mueva con ligeros retrasos a las órdenes recibidas.1


Una niña hace cosquillas a su hermano pequeño.

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